El motociclismo está completamente marcado por épocas y etapas. Unas mejores que otras, a ojos de unos, pero de muchos otros no. Por naturaleza, somos nostálgicos, y toda época pasada fue mejor. Sin embargo, hay veces que no es cuestión de subjetividad, sino de hechos que nos marcan.
Se busca líder
En pleno «semidominio» de Pecco Bagnaia, el cual se está produciendo con tan solo un 58,78% de la puntuación posible, ganando dos carreras principales, y otra Sprint (Por lo que sin las Sprint el porcentaje sería de un 50%), nos asoma una duda. ¿Qué es lo que verdaderamente ocurre en pista? Desde que otros factores ajenos, tienen una mayor importancia, las cosas han funcionado de una forma extraña. Cabe destacar, que este porcentaje no está lejos de todos los de esta década, pero es el más bajo en lo que llevamos de siglo.
La solución a la que muchos se acogen, es la falta de liderazgo. Pero lo cierto es que hay liderazgo y talento de sobra. La cuestión está en como los pilotos no pueden destacar tanto por sí mismos, como se podía hacer unos años atrás. Un Marc Márquez o un Brad Binder, que son capaces de retorcer la moto, buscar otras trazadas, o adelantar en muchos sitios, ahora solo les queda ser pacientes por si en algún momento pueden probar un adelantamiento.
Tampoco hace falta irse a los nombres destacados. El tan querido Danilo Petrucci, fue uno de los únicos pilotos que destacó sobre una moto Open, y poco a poco se hizo camino hasta la Ducati oficial. Actualmente no podemos saber realmente, si un piloto ha ganado por una pronta regularidad en la categoría, o por el fruto de un solo día. Sin desmerecer a Marco Bezzecchi, está en el segundo lugar de la general, con un 43,91% de los puntos posibles.

Un rendimiento desvirtuado
Sin ir más lejos, durante el pasado Gran Premio de Jerez, donde Jonas Folger cumplió funciones como sustituto de Pol Espargaró, rodó a un ritmo totalmente desvirtuado de la realidad. El alemán estuvo muy lejos de la cabeza, en el último puesto, y visiblemente no iba forzando. Sin embargo, con el ritmo que mantuvo, habría hecho podio sin ningún problema en 2017, el último curso donde participó como piloto fijo. Quizás, el problema está en que se ha castigado de forma inconsciente a los pilotos. Incluso da la sensación, de que se ha regresado a esas épocas de los inicios del motociclismo, donde la marca era el verdadero reclamo, y no el piloto.
Como narraba la canción ‘Video Killed The Radio Star’, interpretada por The Buggles, la televisión mató a la estrella de la radio. Y es que, con el paso de los años nos damos cuenta como distintos aspectos de la vida y profesiones, han sido superados por novedosas tecnologías. Lamentablemente, estamos viendo lo mismo en MotoGP.
La consolidación de la aerodinámica, el avance de la electrónica, los nuevos dispositivos de amortiguación, aumento de aire sucio… Todos estos factores están condicionando la categoría, llevándola a un punto que probablemente jamás hayamos visto.

La pescadilla que se muerde la cola
Todo esto, complica adelantar, y en algunos casos, conocer el límite. El propio Pecco Bagnaia reconoció como su caída en Austin carecía de sentido. En ningún momento sintió haber hecho algo mal, y se mostró muy confuso. Ahí llegan las dudas, sobre si realmente un piloto puede demostrar su valía, o cualquiera mínimamente talentoso puede igualarlo, si sabe conocer el límite de una moto que no va forzada nunca. Por otra parte, tenemos a Dani Pedrosa, que tras su participación en Jerez explicó el gran problema. Comprobó de la mejor forma como ir a rebufo hace imposible parar la moto, adelantar, o mantener un ritmo consistente sin forzar el tren delantero.
Aún así, nos encontramos con otro bache. El panel de comisarios ha cambiado por completo su forma de ver las carreras. Se introdujo un formato nuevo, para crear más acción en pista. Pero nos encontramos con una sanción a Bagnaia por adelantar a Jack Miller, mientras el italiano iba en su línea, aprovechando la pasada de frenada del australiano. Fabio Quartararo sufrió un accidente fruto de una agresividad incentivada por la organización. Se le sancionó, y además, por perder tiempo mientras cumplía la Long Lap, se le apuntó una vuelta larga más.
En cuanto a estos alerones que han crecido en las monturas últimamente, parece que no podremos dejar de verlos hasta 2027, si se llega a un acuerdo para eliminarlos, claro está. Verdaderamente, la culpa no es de Ducati. La marca italiana simplemente ha hecho un trabajo magnífico. El problema está en permitir que el logo que aparece grabado sobre la moto, haya tomado más importancia que el piloto que la lleva.
Por último, no debemos olvidar la peligrosidad a la que se está llevando a los pilotos. Hoy en día, hay bastantes circuitos que verdaderamente no pasarían la inspección de la FIM para ser homologados. A estas alturas, se alcanzan unas velocidades, y una inercia en el paso por curva, que cuando un piloto cae, lo más probable es verlo llegar hasta el muro.
Ahora todo es bastante confuso, pero lo que está claro es que nos hemos visto superados, cuando menos nos lo esperábamos. Quizás cambie, quizás no, pero por lo menos siempre nos quedará el recuerdo de aquellas veces que disfrutábamos con poco, y no sufríamos con mucho.
Fotografías: @26Maria9323