El mundial ha empezado con muchas situaciones difíciles
El pasado domingo en el Algarve asistimos a la enésima demostración de ineficacia por parte de Dirección de Carrera. Tras lo que estaba siendo un éxito de Gran Premio dadas las circunstancias meteorológicas, todo podría haber acabado perfectamente en una auténtica tragedia por una negligencia (otra más) del órgano que dirige y controla la acción en pista.
Los pilotos de Moto2 están viviendo un inicio de temporada muy difícil. Desde la difícil pista de Mandalika hasta la lluvia de Portimao, pasando por los retrasos de los aviones en Termas y el fuerte viento de Austin. Cuatro circunstancias que en cualquier otro momento y con otros pilotos habría determinado el devenir del campeonato, si es que no lo ha hecho ya.
Estaremos de acuerdo en que en cada cita del mundial hemos tenido una historia diferente y que eso no es nada fácil de gestionar. Pero quizás también coincidimos en que el trabajo realizado por Dirección de Carrera deja que desear.
Una serie de decisiones que podría marcar el campeonato
En América ya se la jugaron cuando en el momento de la carrera empezaron a soplar ráfagas de viento irregulares y muy fuertes que podían afectar al rendimiento de las motos y provocar caídas, según dijeron tanto periodistas como pilotos y mecánicos. Y Dirección de Carrera miró para otro lado. El resultado fueron 12 caídas en carrera.
En Portugal todo fue unos pasos más allá. La inacción del GP anterior hizo que se aceptara correr en una pista donde hacía minutos había empezado a llover, y la previsión era que se mantuviera durante unos minutos más antes de que aflojara. Pero la cuestión era, vistas las dificultades durante todo el fin de semana para que la pista drenara el agua y se secara, si las condiciones iban a ser las idóneas para una carrera en seco, o incluso si era seguro salir a pista en ese momento.
Se declaró la carrera en seco, y todos salieron con slicks a pista. La bandera de lluvia (blanca con una cruz roja) ondeó en toda la pista desde la primera vuelta, hasta que en la vuelta 9 ocurrió lo que todos temíamos. Caída múltiple en la curva 2. 12 pilotos al suelo. Uno de esos momentos en los que cierras los ojos y deseas que solo sea eso y que no tengas que lamentar nada más grave. “Por suerte”, lo más grave fue la lesión de Arón Canet en un dedo de una mano y en el radio.
«Dirección de carrera tuvo oportunidad de enmendar su error»
Pero lo peor de esa situación no fue la caída en sí misma (una vez visto que no había nada grave que lamentar), sino todo lo de después. Aún siendo una bandera roja en ningún caso provocada por los pilotos, sino por la inacción de Dirección de Carrera, decidieron hacer valer el reglamento y aplicar la norma que dice que para poder salir a la segunda carrera el piloto debe llegar al box con su moto y sin hacer ningún atajo en un plazo de máximo 5 minutos tras ondear la bandera roja. Una auténtica quimera.
Entiendo que esta norma existe para poder salir a pista en la mayor brevedad posible y que se pueda disputar la carrera con el mayor número de vueltas posible. Pero como llevo exponiendo durante todas estas líneas, muchas veces las cosas no son blanco o negro (como dice en los reglamentos). Dirección de Carrera tuvo la oportunidad de enmendar su error, interpretar el libreto y dejar salir a los pilotos que hicieron un gran esfuerzo para volver al box y poder salir de nuevo a pista.
Pero tampoco. Un nuevo error, esta vez, a mi parecer, deliberado, condenó la carrera de hasta 6 pilotos que tienen posibilidades reales de luchar por el mundial: Arón Canet, Tony Arbolino, Augusto Fernández, Ai Ogura, Somkiat Chantra y Sam Lowes. A los que además añado a Pedro Acosta y Albert Arenas. 25 puntos que ya no volverán.
Celestino Vietti sale reforzado
Y ante todo este lío, un piloto beneficiado de rebote: Celestino Vietti. Está claro que es el piloto más fuerte de la parrilla en este momento y que, exceptuando el 0 de Austin, solo se subía al podio, pero este fin de semana no estaba pensando en el podio. En el momento de la caída pasó por meta P11. Al final de la segunda carrera estaba, de nuevo, en el podio.
Son 45 puntos (por ahora) los que pierden todos con su rival, sin comerlo ni beberlo, sin tener la culpa de nada. En cuestión de media hora, podrían haber dicho adiós a un mundial que, todo sea dicho, ya estaba dominando Celestino Vietti por méritos propios.