Álvaro Bautista disputó su última temporada en MotoGP en 2018, a lomos de una Ducati del Ángel Nieto Aspar Team. Un bagaje de 9 temporadas en la categoría reina en las que corrió sin pena ni gloria para Suzuki, Honda, Aprilia y Ducati, con 3 podios (todos con Honda), una ‘pole’ (Gran Bretaña 2012) y una vuelta rápida (Qatar 2014). En la máxima categoría, su mejor resultado fue una 5ª posición en la general en 2012, pero todos le recordaremos por esas peleas con Marco Simoncelli, Mika Kallio, Hiroshi Aoyama o Héctor Barberá en 250cc, incluido el subcampeonato en 2008, y por ese Mundial de 125cc en 2006.

Pero en 2019 decidió poner punto y final a su carrera en MotoGP y cambiar de mundial. Recibió una buena oferta del Aruba.it Racing Ducati para sustituir a Marco Melandri y liderar el proyecto de World Superbike junto a Chaz Davies en uno de los equipos más importantes de la historia del mundial. Y qué manera de empezar. 11 victorias en las 11 primeras carreras (en 4 GPs) y 53 puntos de margen sobre Jonathan Rea que, visto el dominio del español, parecían insalvables. Pero en los siguientes 9 Grandes Premios, todo se desmontó. 5 victorias en 26 carreras, por las 17 de Rea, que además siempre acabó primero o segundo, excepto en 4 carreras y que, a la postre, acabó ganando su quinto campeonato consecutivo.
Nuevos retos con la nueva Honda
Bautista cerró una primera etapa con el Aruba Ducati con muy malas sensaciones antes de subirse a la nueva Honda CBR1000RR-R SP. Un nuevo proyecto con apoyo directo de HRC en WorldSBK que apuntaba a cotas muy altas y que iba a contar con dos pilotos muy experimentados como Álvaro Bautista y Leon Haslam para asentarse rápidamente en la categoría reina de las motos derivadas de serie. Pero nada más lejos de la realidad.
Honda cerró esa etapa de dos años con 3 podios en 61 carreras, todos de Bautista. Considerado el proyecto un fracaso hasta ese punto, Honda y Bautista separaron sus caminos. Honda trajo a Iker Lecuona de MotoGP y Xavi Vierge de Moto2, y Álvaro Bautista volvió a Ducati, al equipo que le trajo al mundial y con el que había estado más cerca de llevarse la corona que años atrás se habían llevado grandes leyendas como Max Biaggi, Carl Fogarty o Troy Bayliss.
De vuelta a Ducati en busca de la ansiada corona
Con la idea de luchar por estar delante y disfrutar de las carreras y no para desarrollar una nueva moto, Álvaro Bautista ha empezado esta temporada 2022 de forma casi perfecta. Con un tercio de la temporada completada (4 Rounds, 12 carreras), ha estado siempre en el podio y ha conseguido 6 victorias, por las 5 de Rea y la única de Razgatlioglu, conseguida este fin de semana en Misano. Más allá de los números, lo que importa son las sensaciones, y ahora mismo la Ducati Panigale V4 R es una moto muy difícil de batir, parecido a lo que pasa con la Ducati GP22 en MotoGP.
La distancia con sus rivales puede parecer considerable, 36 puntos con Jonathan Rea (hexacampeón de WSBK) y 79 con Toprak Razgatlioglu (campeón en 2021), pero las distancias son distintas en el mundial de World Superbike. En MotoGP, un mal fin de semana puede suponer una pérdida de 10 o 15 puntos con tu rival, pero en WSBK un mal fin de semana se puede saldar con 30 o 40 puntos de diferencia negativa con tu perseguidor.
En cualquier caso, a sus 37 años, ‘Bati’ está en plenitud y disfrutando como nunca encima de la moto, y auguro una pelea muy dura y hasta el final entre los denominados ‘tres tenores’ de la categoría (Jonathan Rea, Toprak Razgatlioglu y Álvaro Bautista), con alguna intrusión puntual de los compañeros de marca (Alex Lowes, Andrea Locatelli y Michael Ruben Rinaldi, respectivamente) o incluso de otros equipos, como Iker Lecuona o Xavi Vierge con la Honda o Scott Redding con la BMW.
Si Álvaro Bautista va a ser capaz de convertirse en el segundo español en ser Campeón del Mundo de World Superbike después de Carlos Checa en 2011 aún está por ver, pero lo que está claro es que ‘los tres tenores’ nos darán un Mundial de infarto, y para los que amamos el motociclismo más allá de los focos y la fama de MotoGP, esto es un auténtico privilegio.