La gran carrera motociclista americana iniciaba su edición número 81 el pasado sábado. El famoso óvalo de Daytona, unido al trazado interior, forman la configuración que se utiliza en la legendaria prueba. Durante la clasificación, Josh Herrin sería el más rápido, mientras que Xavi Forés se encontraba aún en periodo de adaptación.
Xavi es el quinto español en toda la historia que participa en la prueba, y su mejor tiempo en calificaciones le valió para ser decimoquinto. Por otra parte, PJ Jacobsen y Tyler Scott fueron los que acompañaron al poleman. Brandon Paasch, ganador de las dos anteriores ediciones, terminó décimo, algo que sorprendió. La más importante de las ausencias de cara a la carrera, fue Sheridan Morais, que tras una caída en los entrenamientos se fracturó el tobillo.
En la salida, Josh Herrin fue el que mejor partió sin demasiados problemas, mientras que Danny Eslick también comenzaría bien, avanzando de la cuarta a la segunda plaza. Fue entonces, cuando ya pasado el trazado interior, comenzaría un juego de rebufos entre un nutrido grupo de líderes, compuesto por ocho pilotos.
Llegados ya al ecuador de la carrera, el ritmo haría su filtro, y los únicos que pudieron aguantar delante fueron Hayes, Escalante y Herrin. Sin embargo, Hayes no iba con demasiado margen de error, lo que se terminó convirtiendo en un susto en la curva dos. Este claro aviso de su montura le obligó a ralentizar su ritmo, y asegurar su tercer puesto. Quien no pudo salvar la caída fue PJ Jacobsen, que se fue al suelo en la curva cuatro, y dijo adiós a todas sus esperanzas de podio. Para Forés las cosas no fueron demasiado bien, y es que tuvo problemas mecánicos, lo que le impidió finalizar la carrera.
Por delante del piloto de Yamaha, dos marcas se jugaban el gran triunfo. Ducati y Suzuki buscaban la gloria con sus principales apuestas. Herrin y Escalante luchaban por la primera plaza en un duelo tan intenso como delicado. Pero cuando ya solo quedaban ocho vueltas para el final, vino el golpe de efecto. Escalante encaraba la curva uno con una trayectoria un poco más abierta, comparándola con las demás. Su trazada es claramente en forma de uve, para aprovechar la aceleración en la salida del viraje. Esto, Josh Herrin lo interpretó como una oportunidad para adelantar al mejicano, pero el Ducati entró muy rápido al vértice, y se llevó por delante a Escalante.
Pero si esto era un golpe de efecto, lo que vino después fue un terremoto sobre todas las circunstancias posibles. A tan solo cinco giros para el término de la carrera, Teagg Hobbs y Jason Waters impactarían entre ellos, y las motos no fueron retiradas suficientemente rápido. Esta situación provocó que saliera la bandera roja, y que una carrera de larga distancia se viera definida en una carrera al sprint.
La resalida nos daba una carrera de diez vueltas, y una sanción para el piloto de Ducati. Josh fue sancionado con salir en la novena posición, por lo que ahora el primer puesto lo ocupaba Josh Hayes, aunque no le duró mucho.
Tras un giro ya teníamos de nuevo a Herrin liderando, codo con codo con Paasch y Petersen. La guerra estaba preparada, porque no solo fueron ellos tres, sino que también se unieron otros cinco pilotos al combate en el juego de rebufos donde el más listo, y el más afortunado en el momento adecuado, se llevaba el mayor premio posible.
La última vuelta fue un completo caos con cambios de líder por doquier, y Hayes, terminó pagando el sacrificio que supone ser el líder en la última parte del trazado. Herrin lo pasó como un obús para llevarse un el triunfo, después de trece años sin lograrlo en el World Center of Racing. Paasch pasó en segundo lugar, pero una sanción por exceso de velocidad en el pit lane le relegaría hasta la decimosegunda posición. Fue por esto, que quienes finalmente completaron el podio fueron Josh Hayes y Cameron Petersen.
Con este logro, Ducati suma una victoria más en una temporada que parece que será histórica para ellos, y el piloto de California se marcha a su casa con un Rolex valorado en miles de dólares, y un premio de 25000 dólares más.