Jordi Siurana @siuplex
Durante la pretemporada nos prometían igualdad. Nos prometían imprevisibilidad. Intuíamos que Ducati sería la máquina a batir. Que, como vimos en la segunda parte de la temporada pasada, estaría delante en todas las carreras. Todos poníamos a Pecco Bagnaia en las quinielas para luchar por el mundial, junto con Fabio Quartararo y, quizás, Marc Márquez. Nada más lejos de la realidad.
Acabamos de vivir el segundo Gran Premio de la temporada más larga de la historia, y seguimos en el punto de partida y las apuestas están como el clima en Indonesia: imprevisible. Nadie domina. El primero en la general es Enea Bastianini, con una Ducati de 2021. La primera fábrica es KTM, segundos en la clasificación de pilotos con Brad Binder y líderes en la de marcas, con una victoria y un segundo puesto.
De los a priori favoritos, solo Fabio Quartararo ha salvado los muebles, por ahora, con un podio y tercero en la general tras el GP de Indonesia. La primera Honda marcha en sexto puesto, Pol Espargaró. Las Suzuki, octavo y noveno, Alex Rins y Joan Mir respectivamente. Y las Ducati oficiales, undécimo Jack Miller y vigésimo Bagnaia, con un solo punto.
Hilo de conclusiones
Entre todos estos datos y estadísticas que acabo de exponer, saco varias cosas en claro tras el GP de Indonesia Primero de todo, este año el que salga campeón no lo hará con diez o doce victorias como en otras temporadas. Con la cantidad de opciones que hay, quizás tiene suerte si se lleva cinco o seis carreras. A partir de aquí, será clave la regularidad, estar siempre en el Top5.
Y, por ahora, nadie lo ha conseguido en las dos primeras carreras. Bastianini, Binder, Espargaró, Aleix Espargaró y Marc Márquez en Catar; Miguel Oliveira, Fabio Quartararo, Johann Zarco, Jack Miller y Àlex Rins en Indonesia. Diez pilotos distintos en el Top5 en las dos primeras carreras, de los veinticuatro que hay en parrilla. ¿Igualdad o irregularidad?
«Ni la Ducati va tan bien, ni la Yamaha va tan mal»
Otra cosa que saco de este inicio de temporada es que los que seguimos el mundial nos creemos muy listos, pero no tenemos ni idea. Ni la Ducati va tan bien, ni la Yamaha va tan mal. Probablemente nunca volveremos a ver a un piloto y una moto dominar sin rival, como lo hizo Rossi con Honda y Yamaha, Stoner con Ducati y Honda, Lorenzo con Yamaha o Márquez con Honda.
Esos días han pasado y no volverán. Y esto lo saben los equipos. Saben que tienen que explotar la regularidad, estar lo más arriba posible en todos los circuitos. Y en ese sentido, ahora mismo, sólo veo a dos marcas que estén trabajando en eso.
Por un lado, Suzuki. Se llevaron el mundial de la pandemia precisamente por eso, la regularidad. Mir fue campeón con una sola victoria, y Rins, pese a las caídas, fue tercero. Y este año, pese a no tener grandes resultados, han sido regulares en la zona media-alta de la tabla. Solo falta ese paso adelante en la ‘qualy’ que les ayude a estar siempre entre los cinco primeros, y regularmente en el podio. Este año han mejorado el motor, pero quizás eso no sea suficiente.
KTM moto de domingos
Y por otro lado, KTM. Cada cierto tiempo, la marca de Mattighofen sorprende con una victoria, un podio o una remontada. El problema es que luego siguen agazapados entre el décimo y el decimoquinto durante varias carreras. Ahí es donde reside su oportunidad. Si consiguen dar ese paso que les mantenga en la zona media-alta regularmente y, de vez en cuando, sorprender con victorias, estarán delante en el campeonato, sin ninguna duda. La KTM es probablemente la moto que mejor funciona los domingos, y eso es algo muy positivo que no tiene ningún otro equipo.
En cuanto al resto de equipos, tendrán que ponerse las pilas. Honda y Yamaha, pese a tener a los mejores pilotos, quizás este año necesiten algo más para llevarse la corona, y más si siguen sumando malos resultados. Aprilia no tiene ni la estructura ni los medios para ser considerados un equipo top todavía. Y Ducati… La misma historia de cada año. Primero debe solucionar los problemas de jerarquía interna y de fiabilidad, y luego plantearse objetivos más altos.