El piloto español, Álvaro Bautista, ha logrado este sábado su segundo título de la categoría reina del WorldSBK.

El campeonato del mundo de Superbike aterrizaba en Jerez, después de la cancelación de la Ronda en Argentina, tras una disputa política. Con posibilidades mínimas, Toprak Razgatlioglu llegaba con opciones al título, mientras que Álvaro tan solo debía sumar dos puntos en la primera carrera.

Anteriormente, el talaverano ya había empezado con mano dura. Comenzó haciendo cuatro plenos de cinco posibles, después de que en Indonesia se le escapara el triunfo en la Superpole Race, al sufrir una caída por mala fortuna.

En Donnington se mantuvo férreo para llevarse dos victorias más, pero no debía relajarse. Su rival turco, Toprak, tampoco fallaba, manteniendo unas estadísticas de podio casi perfectas. Llegaba entonces el primer error importante, en Imola, dónde tan solo pudo mantenerse en pista dos curvas. Aún así, Álvaro seguía demostrando que formaba el binomio perfecto con la Ducati, incomparable con sus compañeros de fábrica.

Most sería otro lugar clave, dónde le tocó sufrir, pero supo sacar provecho de un problema técnico de Razgatlioglu, para seguir en clara superioridad. La llegada a Magny Cours y Aragón trajo consigo dos pequeñas desconexiones, que fueron salvadas con otros grandes triunfos por la puerta grande.

Gracias a estos errores puntuales, el piloto de Yamaha mantenía las esperanzas de batir al de Ducati. Sin embargo, Portugal sería el golpe sobre la mesa de «SuperBati«. Tres carreras, pero sobre todo la última de ellas, que quedarán para la historia, como uno de los duelos más feroces jamás vistos. Álvaro Bautista ganaría todos, para dejar preparado el terreno en la última cita.

En tierra jerezana, dónde se encuentra la catedral, no ha fallado, y se ha coronado como campeón del mundo por tercera vez en su vida, contando el título de 125cc. Pone el broche de oro a una temporada de ensueño, en la que ha tenido que enfrentarse a una absoluta bestia, como es Toprak Razgatlioglu. Pero su gran estilo de pilotaje, y capacidad para sacar el máximo provecho a su montura, han hecho que sea el mejor jinete del año.

Ahora, solo le queda disfrutar de lo que resta de fin de semana, y poner la vista, no solo en 2024. Su temporada aún no ha terminado, ya que participará en el Gran Premio de Malasia de MotoGP, en recompensa a este gran trabajo.